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1.1. Medidas de sensibilización para combatir la violencia contra las mujeres, propuestas en la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres
Como se reconoce en la Plataforma para la Acción de la IV Conferencia Mundial, la violencia contra las mujeres es una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, que han conducido a la dominación masculina, a la discriminación contra las mujeres por parte de los hombres y a impedir su pleno desarrollo. La experiencia obtenida en diversos países demuestra que es posible movilizar a mujeres y hombres, con el fin de superar la violencia en todas sus formas.
Entre las medidas que han de adoptarse, dentro de las campañas de sensibilización, se incluye la necesidad de: modificar los modelos y prejuicios sexistas; sensibilizar contra los efectos negativos que la violencia contra las mujeres produce para todas y todos; concienciar a las víctimas de la violencia, actuales o potenciales, para que puedan protegerse de las agresiones y salir de dicha situación, y difundir información sobre los recursos disponibles para ello.
Se destaca, asimismo, de forma especial, el papel que, dentro de la sensibilización, pueden tener las organizaciones de mujeres y los medios de comunicación, al recomendar: apoyar las iniciativas de las asociaciones de mujeres y las organizaciones no gubernamentales de todo el mundo (ONG), encaminadas a despertar la conciencia sobre el problema de la violencia contra las mujeres; y concienciar acerca de la responsabilidad de los medios de comunicación en la promoción de imágenes no estereotipadas de mujeres y hombres y eliminar los modelos de conducta generadores de violencia que en ellos se presentan, así como alentar a las personas responsables del contenido que se difunde a que establezcan directrices y códigos de conducta profesionales; y sensibilizar sobre la importante función de los medios de comunicación en lo relativo a informar y educar a la población acerca de las causas y los efectos de la violencia contra las mujeres y a estimular el debate público sobre el tema.
1.2. La sensibilización contra la violencia hacia las mujeres, en la Unión Europea
En 1997, el Parlamento Europeo adoptó un informe por el que pedía a la Comisión Europea y a los Estados miembros considerar como delito todas las formas de violencia basada en el sexo. Asimismo, instó a la Comisión a iniciar una campaña para promover la no tolerancia (Campaña de Tolerancia Cero) frente a la violencia contra las mujeres, que se inició en marzo de 1999. Esta campaña se vinculó a la designación del año 1999 como Año Europeo contra la violencia hacia las mujeres. Estas dos propuestas y acciones supusieron un gran avance hacia la sensibilización y concienciación de toda la ciudadanía europea, respecto a la no tolerancia de la violencia contra las mujeres.
Como muestra de los avances y limitaciones producidos en la Unión Europea, a través de las medidas de sensibilización, cabe considerar los resultados obtenidos en el Eurobarómetro realizado en 1999, en el que se refleja que las/os europeas/os condenan masivamente la violencia doméstica contra las mujeres y reconocen que se trata de un problema relativamente frecuente. Sólo el 4% afirma no haber oído nunca hablar de él.
La principal fuente de información que han tenido para adquirir dicho conocimiento han sido los medios de comunicación (la televisión, en el 89% de los casos; la prensa, en el 65% y la radio, en el 44%). El porcentaje de las personas que hablan sobre este problema en sus relaciones interpersonales es muy escaso (con las amistades, el 31%; con la familia, el 19%), resultado que sugiere que la violencia contra las mujeres continúa siendo, en gran medida, un tema tabú.
Respecto a cómo combatirlo, el 95% considera útil el hecho de condenar al agresor y el 91% cree necesaria una aplicación más estricta de las leyes existentes, así como la necesidad de educar a las y los jóvenes en el respeto mutuo. Consideran que las principales causas que influyen en la aparición de dicha violencia son: el alcohol (el 96%), la toxicomanía (el 94%), el desempleo (el 79%), la pobreza y la exclusión social (el 73%) y el hecho de que el agresor haya sido a su vez víctima de la violencia (el 73%).
Por otra parte, se observa un elevado reconocimiento de la necesidad de llevar a cabo medidas de sensibilización, puesto que el 86% cree que deben distribuirse más folletos informativos y el 84% que deben realizarse más campañas de información pública.
Cabe destacar, por último, que el 67% cree que la Unión Europea debería implicarse en la violencia doméstica contra las mujeres, pero el 79% desconoce que existan políticas propuestas por la Unión Europea en este ámbito.
Como se refleja en los resultados anteriormente expuestos, en la comunidad internacional europea se han producido avances importantes en la condena y el conocimiento de la violencia contra las mujeres, en los que han tenido un decisivo papel los medios de comunicación y las campañas de sensibilización, que a través de dichos medios se han llevado a cabo. Los cambios son especialmente significativos respecto a la condena de los agresores y el reconocimiento de la necesidad de su sanción.
Entre las causas de dicho problema mencionadas con más frecuencia, no se reconoce una de las más importantes: la desigual distribución del poder entre mujeres y hombres que existe en la sociedad, probablemente debido a la escasa frecuencia con que aluden a ella los medios de comunicación. Esta limitación puede reducir la eficacia de la sensibilización, al distanciar a las personas que la reciben de un problema que creen afectar sólo a hombres con problemas especiales.
La visibilidad de las políticas de la Unión Europea, que la mayoría de la población considera convenientes, parece ser también muy escasa.
1.3. Buenas prácticas de sensibilización, contra la violencia, en general, hacia las mujeres y contra la violencia doméstica, en particular, en los Estados miembros de la Unión Europea
En las respuestas dadas por los Estados miembros al Cuestionario sobre Buenas Prácticas para combatir la violencia contra las mujeres, en relación con las tres principales campañas llevadas a cabo en cada país, desde 1995, se observa que: todos los países han realizado medidas de este tipo; dirigidas, generalmente, al conjunto de la población, o a las víctimas de la violencia; la valoración de los resultados que se hace en todos los casos es muy positiva y, aunque la evaluación sistemática de su impacto no sea generalizada, cuando dicha evaluación se ha llevado a cabo (situación que suele reducirse a las campañas nacionales, que incluyen spots de televisión), los resultados han sido, incluso, superiores a los esperados. La mayor parte de las campañas realizadas se refieren a la violencia doméstica o a la violencia contra las mujeres en general.
En Alemania, se han realizado, desde 1995, varias campañas para combatir la violencia contra las mujeres, tanto en el ámbito regional como en el local, que han sido concebidas y realizadas por diferentes entidades, y en las que han participado tanto organismos públicos como ONG. La primera de dichas campañas (19931996), destacada por su eficacia, fue realizada por el Gobierno Federal, conjuntamente con iniciativas regionales. Se prestó apoyo a cincuenta ciudades y circunscripciones, para que concibieran y pusieran en práctica acciones propias con carácter local. De dicho proceso, resultaron más de trescientas acciones, dirigidas a todo tipo de destinatarias/os (población general, víctimas, menores, agresores, testigos, policía, empleadas/os del hogar, escuelas). La concreción de dichas actividades fue publicada en un manual de la campaña, en el que se incluían, también, apuntes generales y documentación de trabajo para la opinión pública y para la captación de fondos. Los diversos materiales desarrollados en esta campaña, continúan, aún, distribuyéndose y continuarán en el futuro. Se trata de folletos, posters, carteles fotográficos, un curso concebido para la policía y un paquete multimedia para tratar el tema en las escuelas. En segundo lugar, Alemania destaca el trabajo de sensibilización realizado con la opinión pública para introducir la Ley de Protección contra la Violencia, aprobada recientemente.
El trabajo de sensibilización desarrollado en Alemania representa una buena práctica de coordinación entre los organismos públicos y las ONG, a distintos niveles (nacional, regional y local), adaptando la concreción final de las actividades a las peculiaridades de cada localidad, prologando, así, en el tiempo, el impacto de dichas acciones, como se refleja en el hecho de que los materiales elaborados continúen distribuyéndose todavía.
La campaña de ámbito nacional más importante llevada a cabo en Austria, en los cinco últimos años, Stop violence (Stop a la violencia) (1998-1999), tenía como principal objetivo incrementar el conocimiento sobre la violencia contra las mujeres, y durante su desarrollo se puso en funcionamiento una línea telefónica gratuita, de 24 horas, en la que se proporciona información sobre qué hacer en situaciones de violencia contra las mujeres, así como sobre los servicios sociales disponibles (casas de acogida, centros de intervención, asistencia jurídica...).
Esta campaña fue divulgada a través de un spot de televisión y folletos. Estaba dirigida a todo tipo de destinatarias/os (población en general, víctimas, testigos de actos violentos, agresores...).
El número de llamadas recibidas en el servicio de atención telefónica ha sido muy elevado desde el principio, lo que ha hecho que siga estando disponible. Este servicio está dirigido por personas expertas que diseñan cómo hay que responder en situaciones de crisis de violencia, así como la información que se proporciona sobre dónde acudir a lo largo de todo el proceso. Se llevó a cabo, además, una evaluación del impacto de la campaña, que reflejó resultados mejores de los esperados.
Además, en los últimos cinco años, en Austria, se han llevado a cabo dos campañas más, también nacionales, basadas en folletos, dirigidas a las víctimas y a los equipos profesionales que las deben atender.
La primera, Combating Violence against Women and Children (Combatiendo la Violencia contra las Mujeres y las/os Niñas/os) (1998), tenía como objetivo comenzar a cubrir la falta de información existente sobre este tema. A partir del conocimiento acumulado con dicha experiencia, se diseñó la última campaña, Women have rights/ are right (Las mujeres tienen derechos/ es justo) (2002), en la que se trata de responder de forma más específica sobre qué hay que hacer cuando surge la violencia, así como sobre las medidas legales y penales existentes.
El trabajo de sensibilización llevado a cabo en Austria representa una buena práctica de coordinación e integración de los distintos servicios de ayuda a las víctimas de la violencia, que va incorporando con eficacia el conocimiento acumulado en las fases anteriores para las siguientes.
Las tres principales campañas llevadas a cabo en Bélgica, en los cinco últimos años, contra la violencia hacia las mujeres, dirigidas a la población en general, son:
1) Rompez le silence avant qu´il ne vous casse (Romped el silencio antes de que os destruya) (1999), destinada a informar a las víctimas y a las/os forenses acerca la violencia física y sexual;
2) Brisons le silence avant qu´il ne nous brise. La violence dans le couple est un délit puni par la loi (Rompamos el silencio antes de que nos rompa. La violencia en la pareja es un delito castigado por la ley) (2001), campaña que representa una primera etapa de una política de sensibilización más extensa emprendida por el Gobierno federal y las Entidades federadas, y en la que se han utilizado posters, folletos informativos y anuncios en prensa, así como una conferencia de prensa;
3) Cool, moins de violence ça ne ferait pas de mal (Cálmate, no estaría mal menos violencia) (1999), mensaje que trata de suscitar la reflexión, sobre todo, de la juventud, con un objetivo preventivo, sobre la presencia de la violencia en la sociedad, destacando cuatro grandes temas: violencia escolar, violencia familiar, violencia en la calle y problemática de las bandas de jóvenes. Sus soportes han sido posters y postales.
Las dos campañas más importantes llevadas a cabo en Dinamarca, en los últimos cinco años, se han incluido dentro del Plan de Acción General para prevenir la violencia doméstica contra las mujeres, han sido de ámbito nacional y han utilizado, como soportes, folletos informativos, publicaciones y páginas web. Una de estas campañas, White Ribbon (El lazo blanco) (2000-2001), financiada por el Ministerio para la Igualdad de Género, se ha dirigido a la población masculina general y a los agresores, con el propósito de incrementar su conocimiento contra la violencia hacia las mujeres y detener la aceptación de dicha violencia por los hombres. La evaluación del impacto de esta campaña reflejó, tal como se esperaba, resultados muy positivos.
El Ministerio de Asuntos Interiores ha dirigido otra campaña, en el año 2000, con el objetivo de proporcionar información sobre la violencia en la pareja a los grupos étnicos minoritarios (sobre todo a las víctimas y a los testigos de la violencia).
Como continuación del trabajo de sensibilización llevado a cabo, en los primeros meses del 2002, Dinamarca va a emprender nuevas campañas de sensibilización contra la violencia hacia las mujeres, dirigidas también a las/os profesionales (servicios de salud, médicas/os, oficiales de policía, trabajadoras/es sociales, y personas empleadas en centros de atención a mujeres en crisis), que trabajan con los perpetradores y con las víctimas de la violencia. Su objetivo es fortalecer la cooperación entre dichos profesionales, así como proporcionar un amplio conocimiento mutuo de los distintos esfuerzos e iniciativas, conocimiento que se incluirá en una publicación, que sintetizará la información sobre el trabajo de cada grupo profesional.
Las campañas realizadas por Dinamarca representan buenas prácticas de sensibilización dirigidas al conjunto de la población masculina para concienciarla contra la violencia que algunos hombres ejercen contra las mujeres, así como de la necesidad de coordinar el trabajo que las/os profesionales de distintos ámbitos llevan a cabo con las víctimas y los perpetradores de dicha violencia. Coordinación repetidamente recomendada tanto en la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, como en las diversas reuniones de expertas/os de la Unión Europea
Las tres campañas más importantes llevadas a cabo en España, en los últimos cinco años (por el Instituto de la Mujer), para combatir la violencia de género, han sido de ámbito nacional y han empleado múltiples medios (spots de televisión, radio y prensa escrita, así como carteles y folletos).
La primera de estas campañas, 1999, dirigida especialmente a las víctimas, tuvo como objetivo animar a que denunciaran los actos de violencia que pudieran haber sufrido. Se ve, en ella, a una mujer que, al desmaquillarse frente a un espejo, observa las secuelas de los golpes en su rostro. Y el lema es: si ocultas la verdad, nadie sabrá que necesitas ayuda, que no te marque el miedo, marca este teléfono.
En la segunda, 2000, dirigida a toda la población, a los testigos de la violencia y a los agresores, se ve a un niño que consuela a su madre, inmóvil en el suelo, después de una agresión. Su objetivo consistía en concienciar a la población española sobre la gravedad del problema de la violencia contra las mujeres. El lema fue La violencia contra las mujeres nos duele a todas, nos duele a todos. La sociedad condena, la ley también. El debate social suscitado a partir de este spot, que obtuvo un premio otorgado por los medios de comunicación, fue especialmente intenso.
La última de estas campañas (2001), dirigida, también, a las víctimas, tiene como objetivo, igualmente, el promover la denuncia de las mujeres que estuvieran sufriendo actos agresivos contra ellas. En esta campaña, se ve a una mujer que llama al teléfono de asistencia del Instituto de la Mujer, pero que es incapaz de hablar. Y el lema es: Si te quedas sin palabras, te quedarás sin nada. Recupera tu vida. Habla.
Todas las campañas han sido evaluadas de forma sistemática, reflejando que han tenido una gran repercusión, tanto informativa, por parte de los medios de comunicación, como en las personas destinatarias. Como indicador de dicho impacto, cabe destacar que, en cada ocasión, coincidiendo con las emisiones, el número de llamadas sobre malos tratos, recibidas en el teléfono de información 24 horas del Instituto de la Mujer, se ha incrementado notablemente.
De forma paralela a dichas campañas, se han llevado a cabo distintas acciones para sensibilizar a los medios de comunicación sobre su papel en esta lucha, como:
1) Declarar el 25 de Noviembre de cada año como Día para combatir la violencia contra las mujeres, fecha que sirve para reafirmar el compromiso de la sociedad en este sentido y en la que, tanto los medios escritos, como la radio y la televisión, suelen dedicar una especial atención a conmemorar los avances y las limitaciones producidos.
2) El desarrollo de un Observatorio de la Publicidad, destinado a erradicar el sexismo, con dos instrumentos básicos, un teléfono gratuito de recogida de denuncias publicitarias y un Consejo Asesor de Imagen de las mujeres en los medios.
3) La creación, en 1999, de un premio anual, destinado a los medios de comunicación y agencias de publicidad, con el fin de galardonar a los que destaquen por su compromiso para combatir la violencia contra las mujeres.
4) La realización de jornadas y seminarios con representantes y directivas/os de dichos medios, destinados a analizar su papel en la erradicación de este problema, en el que, además de reconocer su importante contribución a los avances producidos, se han expresado autocríticas relevantes sobre la necesidad de proteger mejor a las víctimas de la violencia, también desde el tratamiento que reciben en los medios de comunicación.
El trabajo realizado por España en el ámbito de la sensibilización constituye una buena práctica sobre la evaluación del impacto de las campañas, la estimulación del debate de la sociedad y sobre cómo favorecer que los medios de comunicación asuman su responsabilidad para combatir el sexismo y la violencia contra las mujeres.
En Finlandia se han realizado, desde 1995, dos importantes campañas para combatir la violencia contra las mujeres. En el año 1998, se llevó a cabo la campaña denominada A single blow is one too many (Una sola bofetada ya es demasiado), de ámbito nacional y local, dirigida a la población general, a las víctimas, a la infancia y juventud y a los agresores, y en la que se utilizaron spots de televisión, anuncios en prensa, carteles, posters y folletos informativos. Además, la campaña incluyó un seminario de ocho días para profesionales, artículos en DV en periódicos internos, revistas informativas distribuidas en cada casa en Helsinki, lecturas denominadas When love hurts (Cuando el amor daña), para el público general en el Centro de Educación de Adultos de Helsinki, cuatro posters diferentes: (woman, a bride with a black eye – love is patient how patient, man – you have the courage to hit, do you have the courage to seek help, boy . from father to son?, a girl – from mother to daughter?) (Mujer, una novia con un ojo negro – el amor es paciente, cuan paciente
– si tienes la valentía de golpearla, ¿por qué no tienes la valentía de ayudarla?
– del padre al hijo o de la madre a la hija) colocados durante las semanas de la campaña
en autobuses, tranvías y metros, así como en las estaciones de dichos transportes en el centro de la ciudad. El principal soporte difundido a nivel nacional fue un spot de televisión con el mensaje central A single blow is one too many (Una sola bofetada ya es demasiado) en el que, además, se informaba sobre una línea telefónica de ayuda, disponible durante la campaña.
En el año 2000, se ha realizado, en Finlandia, otra importante campaña para combatir la violencia contra las mujeres, When love hurts (Cuando el amor daña), de ámbito regional, dirigida a la población general, la infancia y juventud, las/os testigos de la violencia, el profesorado, líderes juveniles y trabajadoras/es. Los soportes utilizados han sido: spots de radio y televisión, anuncios en prensa, posters y páginas web. Su principal objetivo ha consistido en cambiar las actitudes de los hombres jóvenes. La mayor parte del trabajo se ha llevado a cabo en las escuelas, utilizando métodos participativos, como la dramatización y la música. La colaboración internacional ha permitido producir materiales en finlandés y en sueco, editándose, además, en inglés, los posters de la campaña de la Unión Europea.
Las dos campañas anteriormente descritas, llevadas a cabo en Finlandia, desde 1995, han sido evaluadas de forma sistemática. Los resultados han sido, tal como se esperaba, muy positivos.
El trabajo de sensibilización llevado a cabo en Finlandia representa una buena práctica de cómo dirigir las campañas de forma que ayuden a cambiar también las actitudes de los hombres, incluidos los agresores, así como sobre la conexión del trabajo realizado a gran escala, desde los spots y los carteles, con el trabajo en profundidad, realizado desde las escuelas, tratando de implicar al alumnado a través de métodos participativos, los más eficaces para permitir que incorporen las actitudes contrarias a la violencia contra las mujeres en su propia identidad.
La campaña llevada a cabo en Francia, en 2001-2002, para combatir la violencia, en general, contra las mujeres tiene ámbito nacional, con el lema En Cas de violence, brisez le silence (En caso de violencia, rompe el silencio), y se ha dirigido a la población general, las víctimas, las/os testigos, así como a las/os profesionales que trabajan con las víctimas. Ha utilizado como soportes: anuncios en prensa, carteles, folletos informativos, publicaciones, páginas web y tarjetas sobre servicios telefónicos, nacionales y permanentes de acogida y orientación. Con esta campaña se pretende sensibilizar tanto a las/os profesionales como al conjunto de la población sobre la violencia contra las mujeres, en sus distintas modalidades, proporcionando información sobre sus características, las conductas que es preciso promover, los pasos a seguir y las posibilidades jurídicas.
La campaña se inserta dentro de un plan trianual de acción global, que se caracteriza por tratar de promover una estrecha cooperación entre instituciones y asociaciones, y de conectar las acciones de ámbito nacional con las de ámbito local, a través de tres ejes básicos: 1) el refuerzo de las redes de acción existentes por toda Francia; 2) el desarrollo de acciones de prevención y de acompañamiento de las víctimas (que incluye la colaboración de las asociaciones e instituciones) y 3) la realización de colaboraciones de proximidad con los colectivos locales para favorecer la inserción o reinserción profesional de las mujeres víctimas de violencia. Esta campaña de sensibilización debe permitir reforzar la eficacia de las tres medidas descritas, así como la sensibilización de las/os profesionales.
Además, en Francia, se ha puesto en marcha, en enero de 2002, una campaña, también de ámbito nacional, para combatir la violencia sexual contra menores, que se comenta en el apartado siguiente, dedicado específicamente a la violencia sexual.
La sensibilización realizada en Francia, para combatir todas las formas de violencia contra las mujeres es una buena práctica de colaboración entre organismos públicos y privados, en la que se conecta con eficacia el trabajo realizado a nivel nacional con el local. Así, las comisiones departamentales de lucha contra la violencia hacia las mujeres agrupan instituciones locales, profesionales y recursos asociativos, permitiendo coordinar las diferentes acciones dirigidas a erradicar este problema.
La campaña más importante llevada a cabo para combatir la violencia contra las mujeres, en Grecia, durante los últimos años, Zero Tolerance (Tolerancia cero) (1999-2000), se dirigió al ámbito doméstico y a la población en general, utilizando múltiples soportes: spots de televisión, radio y prensa, posters, folletos y publicaciones. La campaña fue dirigida por el Centre on Equality Matters y financiada por la Unión Europea y la Secretaría General para la Igualdad (GSE).
Su objetivo era incrementar el conocimiento de dicho problema y sensibilizar contra él. Para conseguirlo, se colocaron posters gigantes en cinco ciudades griegas (Athens, Patra, Volos, Iraklio, Thessaloniki), se emitieron mensajes por televisión y radio, tanto en cadenas locales como nacionales, se enviaron seis millones de folletos informativos sobre la violencia doméstica suscritos por Public Energy Corporation (DEH), se editó material impreso, se organizaron stands informativos y un congreso de dos días en Atenas con el título Breaking the Silence–Violence in the Family. A Crime Behind Closed Windows (Rompiendo el Silencio–Violencia en la Familia. Un Crimen detrás de las Ventanas Cerradas).
La evaluación realizada del impacto de la campaña reflejó excelentes resultados, incluso mejores de los esperados; otro indicador de su eficacia fue el incremento del número de visitas de mujeres víctimas de la violencia a los centros destinados a su ayuda.
La segunda campaña más importante llevada a cabo en Grecia, sobre este tema, ha sido de ámbito regional, Information Campaign in the Area of Epirus about Violence Against Women (Campaña de Información en el Área de Epiro sobre Violencia contra las Mujeres). Fue realizada por el Centre for Research and Support of Victims of Abuse and Social Exclusion e incluyó las siguientes acciones: producción y divulgación de material impreso sobre los recursos disponibles, producción y emisión por un canal local de televisión de 32 programas, uno por semana, titulado la ventana de la vida, un maratón de televisión de siete horas, para sensibilizar a la comunidad local y recoger dinero para las víctimas de la violencia, establecimiento de un stand de información en la plaza central, abierto doce horas al día, durante seis meses, producción y difusión de mensajes de radio; y emisión de un mensaje de televisión, a través de tres canales nacionales.
Además, en Grecia, se ha realizado, en los últimos cinco años, una tercera campaña, Awareness of Violence against Women (Sensibilización sobre la Violencia contra las Mujeres), de ámbito local, dirigida a las asociaciones locales, organizaciones de mujeres, servicios sociales y hospitales. Esta campaña ha sido realizada por la Institución de Tecnología Educativa de Creta y la Prefectura de Iraklion.
El trabajo de sensibilización llevado a cabo en Grecia constituye una buena práctica sobre cómo implicar a múltiples sectores de la sociedad en las campañas contra la violencia doméstica, y articular la colaboración entre instituciones públicas y privadas, incluyendo, en este sentido, a los centros especializados (en investigación, educación, comunicación), a los medios de comunicación y a las instituciones locales.
En Irlanda, se han llevado a cabo, desde 1995, tres importantes campañas para combatir la violencia contra las mujeres. La primera, Important information for women (Información importante para mujeres), 1999 (reeditada en 2000), de ámbito nacional, regional y local, se dirigió a las víctimas, utilizando como soportes: spots de radio y televisión, anuncios en prensa y folletos informativos, adaptados a las ocho regiones del Departamento de Salud de Irlanda. Para ello, se configuró un Directorio de Servicios para las mujeres que soportan violencia o amenaza de violencia. Este Directorio proporciona información específica sobre todos los servicios disponibles. Se distribuyeron más de 5.000 copias a doctores, equipos de A&E, centros de información ciudadana, bibliotecas, policía y servicios sociales. El Directorio está disponible en CD rom y también puede accederse a él a través de la página web del Departamento de Justicia, Igualdad y Reforma de la Ley (www.justice.ie). Aunque no se ha llevado a cabo una evaluación formal, el hecho de haber tenido que reeditar este directorio en los años siguientes, debido a la demanda, es un buen indicador de su éxito.
En el año 2000, se ha realizado, en Irlanda, una segunda campaña, con el emblema Going forward (Caminando hacia delante), dirigida a la población general, en la que se han empleado spots de televisión y radio, anuncios de prensa, posters, prensa y pins. La campaña ha tratado de lanzar un emblema con el que mostrar apoyo a las mujeres que sufren violencia. Como indicador de su éxito, cabe considerar que se hayan vendido más de 30.000 pins con dicho emblema en toda Irlanda. El lema de esta campaña ya había sido objeto de otra anterior, llevada en cabo con gran eficacia en 1998, a través de la prensa, con el objetivo de incrementar el conocimiento de la existencia del National Steering Committee on Violence against Women (Comité Directivo Nacional sobre la Violencia contra las mujeres), transmitir a las víctimas que no están solas, que hay servicios disponibles para ayudarles, y a los perpetradores, que la violencia contra las mujeres es un crimen que debe acabar.
El trabajo de sensibilización realizado en Irlanda representa una buena práctica de coordinación entre acciones de ámbito nacional y local, así como entre los distintos servicios implicados para ayudar a las mujeres víctimas de la violencia y sensibilizar al conjunto de la población sobre la necesidad de apoyar a dichas víctimas.
En Italia, se han llevado a cabo, desde 1995, tres importantes campañas, para combatir la violencia contra las mujeres, financiadas con fondos europeos. La primera de ellas, Tolerancia cero, 1988-1999, de ámbito regional y local, se dirigió a la población general, las víctimas, la infancia y juventud, las/os testigos de actos violentos y las fuerzas de seguridad. En ella, se emplearon múltiples soportes: spots de televisión y radio, anuncios de prensa, carteles, posters, folletos informativos, publicaciones, vídeos y páginas web. En sus mensajes, se ve a mujeres jóvenes en episodios de vida cotidiana y se les anima a vivir sin miedo, tratando de sensibilizar a la opinión pública para reconocer que existe la violencia contra las mujeres, así como la necesidad de no tolerar a los hombres violentos. Esta campaña se ha realizado siguiendo la propuesta europea, que encontró una gran sensibilidad en determinadas comunidades, sobre todo en Bolonia y en la Región de Emilia Romana. Ha contribuido a sensibilizar sobre la lucha contra la tendencia a legitimar la violencia.
En 1998, el Teléfono Rosa, la primera asociación italiana contra la violencia, ha promovido la campaña Se un giorno qualcuno (Si un día cualquiera), de ámbito nacional, dirigida a la población general, las víctimas y las mujeres ancianas, utilizando como soportes: spots de televisión y radio, anuncios en prensa, folletos informativos y conferencias-debate. Los spots tratan sobre episodios normales que pueden suponer riesgo de violencia para las mujeres, sobre todo para las ancianas.
La tercera campaña italiana se ha llevado a cabo en 1999, con el título Europa Rosa 2000, y ha estado dirigida la población general, a las víctimas y a las jóvenes turistas, utilizando como soportes: spots de televisión, anuncios en prensa, folletos informativos, publicaciones… Uno de sus objetivos ha consistido en alertar a las mujeres jóvenes que están de viaje acerca de posibles agresiones y engaños, proporcionándoles la información básica sobre qué hacer en caso de ser víctimas de actos violentos.
Las tres campañas anteriormente descritas, llevadas a cabo en Italia desde 1995, han sido evaluadas de forma sistemática. Sus resultados han sido, tal como se esperaba, muy positivos, han suscitado curiosidad e interés, estimulando la discusión sobre las características de la violencia contra las mujeres, ayudando a que muchas mujeres y hombres, profesionales de los servicios sociales y responsables políticos tomen conciencia de la gravedad de la violencia masculina y de la necesidad de formar a las/os profesionales que trabajan en este tema, así como de la necesidad de intervenir desde diferentes contextos para prevenirla y para acabar con la tolerancia social hacia la violencia.
El trabajo realizado por Italia, en el ámbito de la sensibilización, representa una buena práctica sobre la evaluación del impacto de las campañas, la implicación de las ONG, la conexión con las acciones organizadas a nivel europeo y la estimulación del debate en el conjunto de la sociedad.
La campaña más importante llevada a cabo en Luxemburgo, en los últimos cinco años, para combatir la violencia contra las mujeres y las niñas, Fini le compromis (Termina el compromiso) (1999-2001), ha sido de ámbito nacional, utilizando múltiples soportes (spots de televisión, carteles, folletos y publicaciones), y dirigiéndose a numerosos destinatarios: población general, víctimas, testigos de la violencia, menores y jóvenes.
De forma paralela a la emisión de la campaña, la mayoría de los periódicos han publicado diversos artículos sobre este tema. Sus contenidos pretenden sensibilizar contra la violencia y a favor de las víctimas, proporcionar información sobre medidas preventivas y apoyo jurídico, eliminar tabús, sensibilizar sobre la responsabilidad de los culpables y la necesidad de represión de la violencia sobre una base jurídica e institucional.
Esta campaña corresponde a una iniciativa del Ministerio para la Promoción Femenina y ha sido realizada en colaboración con una treintena de ONG, otros ministerios y la policía.
Además del trabajo cooperativo entre dichas instituciones, en la campaña se llevaron a cabo las siguientes actividades: una conferencia sobre investigaciones, que resumen estadísticas concretas y alarmantes sobre la violencia potencial existente en los hombres; formación sobre desvictimización e intervención feminista, dirigida a las y los profesionales de las casas de acogida (método de trabajo basado en el desarrollado en Québec, con excelentes resultados, y que permite a las víctimas de la violencia recuperar la confianza y curarse del sentimiento de culpabilidad) y cursos de autodefensa para mujeres adultas y adolescentes.
En colaboración con el Ministerio de Educación y Formación Profesional, se conectó la campaña con la realizada para combatir la violencia en la escuela, convocando un concurso de carteles sobre este tema y dedicando la fecha de cierre de la campaña, el 27 de noviembre de 1999, a la solidaridad con las víctimas.
El trabajo realizado en Luxemburgo constituye una buena práctica sobre cómo articular la colaboración entre instituciones públicas y entre éstas y la treintena de ONG activamente implicadas en ella, colaboración muy destacada en las propuestas de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres y que, sin duda, tuvo un importante papel en los buenos resultados obtenidos.
En Portugal, se han realizado, en los últimos cinco años, dos campañas de ámbito nacional, destinadas a combatir la violencia doméstica.
En una de ellas, Youth Foundation (Fundación de Juventud) (1999-2000), destinada al conjunto de la población y de forma especial a la juventud, se han utilizado múltiples soportes: spot de televisión, posters, folletos informativos y páginas web. Su objetivo era proporcionar información sobre dicha violencia para cambiar la mentalidad que conduce a ella y avanzar así en su prevención y en su denuncia.
La segunda campaña nacional, Information service for victims of domestic violence (Servicio de información para las víctimas de la violencia doméstica), que está dirigida a la población en general y a las víctimas, ha utilizado distinto tipo de soportes: spots de televisión, radio y prensa escrita, posters, folletos informativos y publicaciones. Su objetivo era proporcionar información sobre un servicio telefónico de ayuda de 24 horas.
La tercera campaña destacada, School against violence in family (La Escuela contra la violencia en la familia) (1999-2000), de ámbito regional, se ha basado en posters, folletos informativos y publicaciones. Su objetivo era sensibilizar a la comunidad educativa, y especialmente a la infancia y a la juventud, sobre la realidad de la violencia doméstica, especialmente sobre la que sufren las mujeres y las/os menores, proporcionando información y documentos que ayudaran a clarificar conceptos y a tomar conciencia de dicho problema.
Aunque no se han llevado a cabo evaluaciones sistemáticas del impacto de dichas campañas, la valoración global de sus resultados fue positiva.
Las campañas desarrolladas en Portugal, dirigidas de forma prioritaria a la infancia, a la juventud y a la escuela, representan una buena práctica de transformación de la mentalidad que conduce a la violencia antes de que dicha mentalidad se haya desarrollado, medida de gran relevancia para prevenir su reproducción en el futuro, que, a pesar de la frecuencia con que se reconoce como fundamental, no suele ser suficientemente desarrollada en la práctica.
De las respuestas al Cuestionario del Reino Unido cabe destacar tres campañas de sensibilización, realizadas desde 1995:
1) Breaking the Chain (Rompiendo la Cadena), 1999, Inglaterra y Gales, campaña basada en una guía informativa y en posters, dirigidos a la población general y a las víctimas de la violencia doméstica, así como a aquellas personas que quieren ayudarlas, y distribuidos en edificios públicos (de organismos municipales, librerías, estaciones de policía y centros médicos de urgencia). De acuerdo con la información disponible, una versión actualizada de la Guía podría ser divulgada a partir del verano del 2002. Al mismo tiempo, está previsto otro proyecto, continuación del anterior, para el 2003, iniciativa publicitaria de la cadena de televisión BBC, que comprende un drama sobre la violencia doméstica y un reportaje con temas actuales, donde se presentan testimonios de personas que han sufrido este tipo de violencia. Además, habrá distinto tipo de información sobre este problema en la página web de dicha cadena y una línea telefónica de ayuda e información, que estará disponible una vez que hayan empezado dichas emisiones.
2) Living without fear (Viviendo sin miedo), 1999, Inglaterra y Gales, campaña dirigida a las víctimas y a las personas que trabajan con ellas, que ha utilizado como soportes: anuncios de prensa, posters, folletos informativos y publicaciones. En estos soportes se muestran ejemplos de buenas prácticas que se han llevado a cabo en distintos lugares de Inglaterra y Gales y se destaca cómo el apoyo del Gobierno a las acciones llevadas a cabo por las instituciones locales proporciona un valor añadido a dichas acciones.
3) Behind closed doors (Detrás de las puertas cerradas), 2000-2001, Escocia, campaña dirigida al conjunto de la población, realizada a través de un spot de televisión y cine. La investigación realizada sobre su eficacia permitió comprobar un factor de conocimiento del 75%, reconocido como muy elevado en este tipo de evaluaciones. Anteriormente, en 1998-99, en Escocia, se había llevado a cabo una campaña titulada Domestic Bliss (Felicidad Doméstica), que recibió un premio de tres estrellas por parte del Institute of Practitioners in Advertising (Instituto de Profesionales de la Publicidad).
Además de las campañas, anteriormente mencionadas, el Reino Unido destaca también las llevadas a cabo con carácter local, con el objetivo de adaptar la información de forma muy específica a las peculiaridades del contexto en el que se aplica, como sucede con las realizadas en Irlanda del Norte, entre las cuales se encuentra la que trata sobre violencia doméstica y embarazo, y que incluye directorios con los servicios disponibles, ejemplos de buenas prácticas y otras informaciones básicas.
El trabajo de sensibilización llevado a cabo en el Reino Unido representa una buena práctica de colaboración entre instituciones nacionales y locales, sobre cómo integrar, en un plan general, las diversas campañas llevadas a cabo, para llegar, en su conjunto, a una amplia variedad de audiencias e incrementar su eficacia, implicando al sector privado y ampliando los instrumentos a utilizar a través de la cooperación con la televisión.
Entre las campañas llevadas a cabo en Suecia, destacan por su eficacia las desarrolladas en Estocolmo con el título Operation Leave women alone (Operación Dejar a las Mujeres en Paz), dirigidas a la población en general, y que han utilizado, como soportes básicos, folletos informativos y posters, colocados, sobre todo, en transportes públicos (metro, autobús y tren).
La primera de estas campañas, 1997, destaca la vulnerabilidad de las mujeres cuando son víctimas de la violencia.
La segunda, 1999, trata de incrementar la conciencia sobre la responsabilidad de los hombres en la violencia masculina contra las mujeres y sensibilizarles sobre la necesidad de su implicación en la lucha contra este problema.
En la tercera, 2000, se busca incrementar el conocimiento sobre la situación de las niñas y los niños de las familias, en las que el hombre ejerce la violencia contra la mujer.
La evaluación de su impacto ha reflejado que los resultados han sido muy positivos; incluso, mejor de lo que se esperaba. El 80% de la población manifestó tener conocimiento de las campañas. La atención proporcionada por los medios de comunicación (prensa escrita, radio y televisión) fue también muy significativa, incluso más allá del ámbito local de difusión.
Además, en 1998, Suecia ha desarrollado una campaña de ámbito nacional, llevada a cabo por la National Organization for Women’s Shelters and Young Women’s Shelters in Sweden (Organización Nacional de Casas de Acogida de Mujeres y Jóvenes en Suecia) y financiada por el Gobierno, con múltiples soportes (anuncios de prensa, radio y televisión, folletos informativos, carteles y publicaciones), con el objetivo de erradicar los mitos que contribuyen a la violencia contra las mujeres, dirigida tanto a los perpetradores como a las víctimas, destacando que se trata de un delito y sensibilizando sobre el papel de los servicios de acogida para las víctimas.
Las campañas llevadas a cabo, en Suecia, representan una buena práctica en el intento de sensibilizar al conjunto de la población sobre su relación con la violencia contra las mujeres, tratando de ayudar a superar la fuerte tendencia que lleva a considerarla, erróneamente, como un problema que afecta sólo a hombres y mujeres muy alejados de quienes reciben la información, para que puedan, de esta manera, utilizarla, con el fin de mejorar sus relaciones cotidianas y prevenir, con ello, todas las formas que puede adoptar la violencia contra las mujeres.
1.4. Buenas prácticas de sensibilización contra la violencia sexual hacia las mujeres, en los Estados miembros de la Unión Europea
Los resultados obtenidos, en el Eurobarómetro (1999), reflejan que la población europea rechaza, de una forma especial, la violencia sexual contra las mujeres, puesto que el porcentaje de las personas que la consideran muy grave (90%) es más elevado que el porcentaje de las que atribuyen una gravedad similar a los otros tipos de violencia por los que se pregunta: violencia física (87%); violencia psicológica (65%); limitación de libertad (64%) y amenaza de violencia (58%).
A pesar de lo anteriormente expuesto, los estudios realizados sobre la violencia sexual señalan que su frecuencia es muy superior a lo que cabría esperar y que, para prevenirla, es necesario erradicar una serie de creencias sexistas que contribuyen a dicha violencia y que siguen asociando el valor de los hombres con su capacidad para vencer la resistencia de las mujeres ante sus demandas sexuales, infravalorando la capacidad masculina de autocontrol en dichas situaciones, sobre todo, cuando se han producido ciertos niveles de excitación, y atribuyendo al varón una continua tensión sexual que puede dañarle, si no la descarga.
Y es que, aunque, durante las últimas décadas, se han producido, en la Unión Europea, importantes avances en la información sexual proporcionada al conjunto de la población, ayudando a superar algunos tabús y a reducir determinados riesgos (como el de los embarazos no deseados o el contagio de enfermedades de transmisión sexual), resulta significativa la escasa visibilidad que, dentro de dichas campañas, han tenido los intentos de prevenir las agresiones sexuales. Los avances han sido más relevantes en los programas desarrollados en contextos educativos, que se describen más adelante.
Una buena práctica, en este sentido, es extender a toda la población algunos de los componentes que han demostrado ser eficaces en dichos programas educativos; por ejemplo: el concepto de abuso sexual y su incompatibilidad con el derecho a la libertad sexual, la superación de las creencias que llevan a asociar el valor del hombre con su capacidad para vencer la resistencia de las mujeres, o la necesidad de que los hombres acepten que, cuando una mujer dice no, quiere decir no.
Dinamarca realizó, en 1999, una campaña de ámbito nacional, dirigida exclusivamente a las y los profesionales que atienden a las víctimas de la violencia sexual y en la que se utilizaron, como soporte, folletos informativos y publicaciones.
El hecho de lleva a cabo una campaña, como la realizada por Dinamarca, cuyo objetivo primordial sea la sensibilización de las y los profesionales que se encargan de prestar ayuda a las mujeres que sean víctimas de agresiones y abusos sexuales, puede considerarse una buena práctica, relativa a este tipo de violencia.
En Francia, se ha lanzado, en el mes de enero de 2002, una campaña de ámbito nacional para combatir la violencia sexual contra menores, dirigida a la población general, las víctimas y las/os testigos. Los principales soportes utilizados son: spots de televisión, películas cortas (de tipo publicitario), películas largas (situacionales), un cartel conmemorativo sobre los derechos de la infancia ante la Asamblea Nacional, colaboraciones con la prensa y con grupos editoriales. Un pre-test muy positivo se ha realizado, comparando los resultados de las madres y padres, por un lado, e hijas e hijos, por otro.
La campaña de sensibilización que va a llevarse a cabo en Francia representa una buena práctica, para ayudar a romper el silencio en una de las formas de violencia en la que más cuesta superarlo, la violencia sexual, y en torno a la cual se han llevado a cabo todavía pocos intentos de sensibilizar al conjunto de la población.
Como buena práctica de sensibilización contra la violencia sexual hacia las mujeres, cabe considerar, también, la campaña llevada a cabo en Holanda, antes de 1995, por el Departamento para la Coordinación y la Política de Emancipación del Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales. El objetivo fue crear una atmósfera en la que poder discutir sobre este tema y sensibilizar a los hombres y a las/os jóvenes sobre el carácter estereotipado que, con frecuencia, tienen las imágenes de masculinidad y feminidad, la influencia que ejercen sobre sus expectativas y conductas en la relación con las mujeres y el riesgo de que originen distintos tipos de violencia sexual.
Esta campaña se desarrolló, por una parte, a través de intermediarios y, por otra, a través de los medios de comunicación (en cuatro sub-campañas). Durante los cinco años de su duración, se emplearon soportes muy diversos: una revista para jóvenes, folletos, posters y anuncios de prensa y televisión.
La investigación realizada sobre la eficacia de dicha campaña reflejó un gran interés por parte de los medios de comunicación, debido, probablemente, a la novedad de su tema. Los resultados mostraron que dos terceras partes de la población de Holanda habían visto algo de las subcampañas y su reconocimiento, dentro del grupo al que de forma prioritaria se destinaba, era del 70%. Se observó, además, que las personas que habían visto la campaña habían hablado más sobre dicho tema, se sentían más implicadas en él y tenían un mayor conocimiento y actitudes más coherentes con sus objetivos que las personas que no la habían visto.
El trabajo de sensibilización contra la violencia sexual desarrollado en Holanda representa una buena práctica de prevención de dicha violencia, modificando en el conjunto de la población, y especialmente en los hombres y en las/os jóvenes, los prejuicios y estereotipos sexistas que pueden conducir a las agresiones sexuales. La investigación llevada a cabo sobre su eficacia puede ser considerada un modelo sobre cómo incorporar metodologías rigurosas y sistemáticas a la evaluación de las medidas que se llevan a cabo para prevenir la violencia contra las mujeres.
1.5. Buenas prácticas de sensibilización contra la violencia hacia las mujeres, en el ámbito del trabajo, en los Estados miembros de la Unión Europea
A pesar de las recomendaciones propuestas por la Comisión Europea, en su Código de conducta sobre las medidas para combatir el acoso sexual, de 1991, el Informe sobre el acoso sexual en el trabajo en la Unión Europea (Luxemburgo, 1999), publicado ocho años después, refleja que los avances producidos en este ámbito son poco significativos. ¿Por qué se avanza tan lentamente en la lucha contra el acoso sexual en el trabajo?
Entre las posibles causas, en dicho informe, se destacan una serie de dificultades, cuya superación podría tener lugar a través de adecuadas campañas de sensibilización, como son:
El desconocimiento y la incomprensión del concepto de acoso sexual por amplios sectores de la población, especialmente entre los hombres, pero también entre las propias mujeres.
La dificultad de erradicar los estereotipos que contribuyen a mantener dicho problema.
Los obstáculos que siguen existiendo para la denuncia y la resistencia de las empresas a afrontarlo.
Estas dificultades llevan a dar prioridad a la prevención sobre la sanción y a destacar como imprescindible, para la agenda política de los próximos años, la realización de campañas de sensibilización dirigidas tanto al conjunto de la población, como a los sectores que deben desempeñar un papel decisivo en su erradicación (empresarias/os, sindicatos, equipos de dirección y atención de personal, juezas/ces y fiscales...).
La experiencia acumulada en la sensibilización contra la violencia doméstica, descrita anteriormente, puede ayudar a avanzar en este ámbito, que parece ser muy resistente al cambio.
Conviene tener en cuenta, además, el riesgo de que la conciencia de la extremada gravedad, que, a veces, adquiere la violencia doméstica pudiera llevar a infravalorar otras formas de violencia contra las mujeres, como son las que, con más frecuencia, se producen en los lugares de trabajo, sin comprender la relación que existe entre ambas, ni poder utilizar la sensibilidad adquirida en las más graves para combatirlas todas.
De ello se deriva la necesidad de extender el impacto de las campañas de sensibilización, de forma que se comprenda la violencia contra las mujeres como un ataque a su dignidad, dentro del cual entran tanto las agresiones más extremas y poco frecuentes como otro tipo de agresiones, como el acoso sexual en el trabajo, que, aunque menos graves, también tienen consecuencias desastrosas sobre la vida profesional y la salud física y psíquica de la víctima, reduciendo la eficacia y calidad de las instituciones en las que se produce y representando un grave obstáculo para su desarrollo y para el avance hacia la igualdad de oportunidades.
Como buena práctica contra la violencia hacia las mujeres en el lugar de trabajo, cabe considerar la sensibilización y el debate sobre los posibles componentes de género que puedan existir en el acoso moral, problema que parece afectar sobre todo a las personas que se encuentran en determinadas situaciones laborales (como la de subordinación), más habituales entre las mujeres, y ampliar así la lucha contra el acoso sexual a todas las formas de acoso contra la mujer que se producen en el trabajo.
Siguiendo las pautas propuestas en los informes de la Unión Europea, así como las recomendaciones y análisis elaborados por las organizaciones sindicales, cabe destacar, como características de las buenas prácticas de sensibilización contra el acoso sexual y moral en el trabajo, las siguientes:
1) Realizar campañas que incrementen la visibilidad del acoso que las mujeres sufren con frecuencia en el lugar de trabajo, ayudando a concienciar a las víctimas de que no están solas, indicándoles cuáles son sus derechos, los mecanismos a seguir y los recursos a su disposición. Estas campañas deben eliminar estereotipos sobre la culpabilidad de las acosadas y la falta de responsabilidad de los acosadores, así como concienciar de que denunciar los casos de violencia en el trabajo es un deber. Con la denuncia, se abre la vía de superación del problema y se contribuye a evitar que surjan nuevos casos.
2) Fomentar y difundir, en el ámbito empresarial, la aplicación del Código de Conducta adoptado por la Comisión Europea, con el fin de combatir el acoso sexual y tratar de extenderlo al acoso moral.
3) Incluir en los convenios colectivos referencias específicas al acoso sexual y moral, elaborando cláusulas que lo definan en sentido amplio, así como estableciendo una lista abierta de ejemplos sobre las conductas constitutivas de acoso, abarcando todas sus modalidades.
4) Promover, en el ámbito sindical, las medidas incluidas en el Código de Conducta de la Unión Europea para combatir el acoso sexual, igualmente válidas para el acoso moral, recogiéndolas en las propuestas sindicales, en las cláusulas de los convenios colectivos y en las actividades informativas que se llevan a cabo con las/os trabajadoras/es.
5) Elaborar cartas o declaraciones empresariales que definan las conductas que pueden ser constitutivas de acoso, abarcando tanto el acoso sexual como el moral.
Los programas de prevención de la violencia en todos los lugares de trabajo, realizados en Dinamarca desde los sindicatos, representan una buena práctica, en la que se han desarrollado una gran parte de los principios anteriormente expuestos.
Por otro lado, en la pregunta sobre campañas incluida en el Cuestionario, utilizado como punto de partida de esta Guía, dos Estados miembros, Bélgica y Holanda (en este último caso, antes de 1995), destacan campañas contra el acoso sexual en el trabajo, que representan buenas prácticas sobre cómo extender el gran esfuerzo de sensibilización, que los Estados miembros de la Unión Europea han realizado contra la violencia doméstica, al ámbito específico del acoso contra las mujeres en el trabajo:
• En Bélgica, se han llevado a cabo tres campañas contra dicho problema, realizadas por el Servicio para la Igualdad de Oportunidades, organismo encargado de garantizar la primera atención a las víctimas del acoso sexual, informarles de sus derechos y orientarles hacia las instancias competentes (sindicatos, inspección legal, inspección médica, ONEm, tribunales...).
Con una de dichas campañas, Reseaux de persones de confiance harcèlement sexual sur les lieux de travail (Redes de personas de confianza contra el acoso sexual en el trabajo), 1996-2000, se pretende colaborar, atender, intercambiar información y formular problemas relacionados con esta forma específica de violencia, partiendo del reconocimiento de que la persona de confianza requiere una gran implicación, tanto a nivel psicológico e intelectual, como a nivel administrativo.
La segunda campaña, 1998, desarrollada a través de carteles, ha tenido como mensaje: Un entretien avec la personne de confiance peut vous aider? Si pour vous, c’est dérangeant, c’est du harcèlement (¿Puede ayudarle una conversación con la persona de confianza? Si para usted es molesto, es acoso). La necesidad de dicha campaña, destinada a clarificar el papel de las personas de confianza, fue manifestada por dichas personas en la red formada a partir de la primera campaña.
La tercera campaña (2001) ha utilizado, como soportes, folletos, publicaciones y una página web, elaborando varios documentos sobre el papel de la persona de confianza, la tipificación del acoso sexual en el código penal, la situación de dicho problema en el sector privado... e incluyendo la información sobre el acoso sexual dentro de un folleto informativo titulado Violence: comment se s’en sortir? (¿Violencia: cómo se sale de ella?), en el que se describen también otras formas de violencia.
• La campaña de Holanda que se llevó a cabo en 1994, después de la aprobación como ley del Working Conditions Act (Acta sobre las Condiciones en el Trabajo) e incluía un spot de televisión, en el que se mostraba a un hombre que intentaba hacer unas fotocopias mientras era víctima de un perro que trataba de copular con su pierna. A través de esta situación, muy incómoda para el que la sufre, se refleja cómo puede sentirse una mujer que es tratada de forma similar por un hombre. El lema fue: Women feel like this when sexually harassed by a man. How would you behave in such situation? (Las mujeres se sienten así cuando son sexualmente acosadas por un hombre. ¿Cómo te comportarías tú en esta situación?)
Se distribuyeron también copias de dicha imagen en contextos laborales. Esta medida se insertó en una campaña más amplia, descrita en el apartado anterior, contra la violencia sexual hacia las mujeres, llevada a cabo en Holanda, de 1991 a 1995
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